jueves, 4 de agosto de 2011

Así, no.

En estos días se están diciendo muchas cosas, a favor y en contra, de la visita del Papa. Muchas veces se cae en argumentos excesivamente viscerales, y por eso he decidido plantearme la cuestión desde un punto de vista lo más racional posible.
Personalmente, y para que nadie se lleve las manos a la cabeza antes de tiempo, expreso mi más profundo respeto a las creencias individuales. Allá cada uno y su fe: tú me respetas, yo te respeto.
Que venga un líder religioso me parece estupendo, y que los que compartan su doctrina vayan a verle y recen juntos, también. El asunto se vuelve espinoso cuando, en mayor o menor medida, se está implicando dinero público (es decir, de todos nosotros, católicos o no) en esta visita. Además del hecho de que durante varios días la ciudad se pondrá patas arriba, se cortarán arterias fundamentales, etc.
Y el problema es que no me queda muy claro quién viene: si un Jefe de Estado o un líder religioso. Ambos argumentos se esgrimen cuando se defiende su visita y que se haga de la manera en que se va a hacer.
Bien, pongamos el primer caso: es Jefe de Estado. Y ahora analicemos el jefe de qué estado. Para empezar, es un estado donde la democracia tiene una presencia bastante dudosa. Donde se discrimina por cuestiones de género (básicamente la mujer queda relegada a un segundo lugar). Donde la homofobia es una norma de comportamiento. Con un líder que ha intentado ocultar casos de pederastia entre su gente, y cuando estos han salido a la luz ha intentado evitar que se les juzgue. Un líder que, negando el uso del preservativo, condena a muerte a millones de personas en todo el mundo. Un líder que, públicamente, ha criticado leyes aprobadas democráticamente por nuestras cortes, llamando a la desobediencia civil de los españoles. Mostrando con sus actitudes discriminatorias y de condena a nuestras leyes civiles un total desprecio hacia nuestra Constitución, que viene a ser algo así como la norma básica de nuestra convivencia democrática (repetido constantemente por aquellos que ahora tanto defienden esta visita). Con todo esto, me pregunto: ¿debemos recibir con honores a un Jefe de Estado así, y además desembolsar importantes cantidades de dinero en medio de semejante crisis? Si se tratase de un dictador de algún país árabe, muchos se echarían las manos a la cabeza. ¿Son tan diferentes unos y otros?
Si a quien estamos recibiendo es únicamente a un líder religioso, me parecerá estupendo que haga las misas que quiera. Que representantes políticos y de la familia real le visiten A TÍTULO PERSONAL. Pero en un estado aconfesional como el nuestro, no quiero que dinero de mis impuestos sufrague estos actos, ni que mis representantes le hagan honores, ni que ponga patas arriba mi ciudad para lanzar proclamas que atentan contra mi modelo democrático de convivencia civil. Me parece muy bien que el setentaytantos por ciento de los españoles se declaren católicos. Pero que yo sepa, la mayoría de ellos no cumple con sus obligaciones católicas semanales, y seguramente la propia visita de este señor les importe bastante poco. Que hagan una colecta entre todos ellos, y ya veremos cuántos aportan algo de dinero para costear todo esto. Pero, insisto, si es una figura meramente religiosa, NO con el dinero de todos los españoles.
Como vía de justificación, muchos alegan el beneficio económico que estas jornadas nos dejarán. Pues bien señores míos, como muestra un botón: sé de primera mano que están recorriendo muchos negocios de hostelería de la ciudad pidiendo que den de comer GRATIS  a las personas que vengan de fuera con el Papa. Sí, a esos mismos hosteleros que están intentando salvar sus negocios en medio de esta tormenta económica. Esos mismos a los que se les vende la moto de que esta visita va a traer beneficios.
Insisto: cada uno es libre de creer lo que quiera, y tendrá todo mi respeto. No juzgo eso. Ni juzgo que haya quien quiera que venga este señor a visitar nuestro país y a dar una misa. Pero así, no.

2 comentarios:

  1. Amén.
    Estoy totalmente de acuerdo contigo....Ese dinero que nos lo den a las personas que ahora estamos pasandolas putas para sobrevivir sin trabajo fijo, ni prestaciones.
    A fuerza de la ayuda de los que nos quieren, si hay suerte de que puedan permitírselo y que no dejan que no tengamos ni para comer.
    Qué despropósito de país!

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  2. Si esto hubiese ocurrido hace 4 años ya me parecería terrible... pero es que ahora, con tanta gente pasándolo mal, es sangrante. Pues eso... nada que añadir.

    ¡Ánimo!

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